Virginia Woolf Cuentos Completos Godot
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Características principales
Título del libro | Cuentos completos |
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Autor | Virginia Woolf |
Idioma | Español |
Editorial del libro | Ediciones Godot |
Edición del libro | Papel |
Color de la portada | Marrón |
Tapa del libro | Blanda |
Tamaño de la letra | Estándar |
Con índice | Sí |
Año de publicación | 2022 |
Otras características
Cantidad de páginas: 2022
Altura: 21 cm
Ancho: 14 cm
Peso: 300 g
Material de la tapa del libro: Vinil
Con páginas para colorear: No
Con realidad aumentada: No
Traductores: No disponible
Género del libro: Ficcion - narrativa contemporanea
Subgéneros del libro: Ficcion - narrativa contemporanea
Tipo de narración: Novela
Colección del libro: Fuera de colección
Accesorios incluidos: Producto sin accesorios
Edad mínima recomendada: 8 años
Edad máxima recomendada: 120 años
Escrito en imprenta mayúscula: No
ISBN: 9789878413068
Ilustradores: No disponible
Descripción
Viriginia Woolf
Cuentos completos
Godot
En Cuentos completos se reúnen relatos y cuentos escritos por Virginia Woolf. Autora también de novelas y con una vasta producción ensayística, la literatura de Virginia Woolf puede observarse pulida y prolija a través de sus cuentos y relatos breves, como en La sociedad: “Así comenzó todo. Éramos un grupo de seis o siete reunidas después del té. Algunas miraban hacia la sombrerera de enfrente, donde las plumas rojas y las pantuflas doradas seguían iluminadas en la vidriera; otras dejaban pasar el tiempo construyendo pequeñas torres de azúcar en el borde de la bandeja del té. Pasado un momento, según lo recuerdo, nos ubicamos alrededor del fuego y comenzamos, como de costumbre, a elogiar a los hombres. Qué fuertes, qué nobles, qué inteligentes, qué valientes, qué bellos eran; y cómo envidiábamos a aquellas que, por las buenas o por las malas, lograban unirse a uno de por vida. Hasta que Poll, que había permanecido en silencio hasta el momento, rompió a llorar. Poll, debo admitirlo, siempre ha sido algo extraña. Para empezar, su padre era un hombre extraño. Le dejó una fortuna en su testamento, pero con la condición de que leyera todos los libros de la biblioteca de Londres. Intentábamos consolarla lo mejor que podíamos, pero en el fondo sabíamos que era inútil.”